Introducción
Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: una guía europea. Se ofrece una visión global de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a las muertes relacionadas con los opioides, y examina las respuestas disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas.
Última actualización: 17 de diciembre de 2021.

Índice:
Resumen
Cuestiones clave
La mortalidad relacionada directa o indirectamente con el consumo de opioides es una de las principales causas de muerte prematura evitable entre los adultos europeo, con unas tasas de mortalidad relacionadas con las drogas estimadas en torno al 1-2 % al año entre los consumidores que se inyectan opioides. En general, se detectan opioides en más de tres cuartas partes de las sobredosis mortales en Europa. El riesgo de muerte por sobredosis de opioides aumenta tras los periodos de abstinencia cuando se pierde la tolerancia, en concreto al salir de un centro penitenciario o al abandonar un tratamiento basado en la abstinencia.
El suicidio, los accidentes y las complicaciones de las infecciones también contribuyen al exceso de mortalidad observado en este grupo. Los estudios también han demostrado que los consumidores de opioides pueden sufrir tasas superiores a las previstas de determinadas enfermedades no transmisibles, como algunos cánceres y problemas cardiovasculares. Un vínculo entre los problemas relacionados con los opiáceos y otras cuestiones relativas al consumo de sustancias, como el tabaquismo o los altos niveles de consumo de alcohol, puede explicar en parte esta observación.
Pruebas y respuestas
Las estrategias adoptadas para reducir las muertes relacionadas con opioides incluyen intervenciones centradas en prevenir la incidencia de sobredosis y aquellas destinadas a mejorar la supervivencia de los que las sufren.
- Tratamiento con agonistas opioides (1): Incluir y retener a los consumidores de opioides en tratamientos eficaces reducen las muertes relacionadas con los opioides.
- Naloxona: La naloxona, antagonistas de los opioides, puede revertir el efecto potencialmente mortal de una sobredosis de opioides. Varias intervenciones tienen por objeto garantizar la disponibilidad de naloxona y promover un uso adecuado por parte de pares y profesionales que responden o intervienen en las sobredosis.
- Implantes de naltrexona de liberación prolongada: Aunque su eficacia en la reducción de las muertes por sobredosis sigue siendo incierta, pueden ser útiles para evitar la recaída en las personas dependientes de los opioides.
- Continuidad de la asistencia: Es importante garantizar la continuidad de los servicios sanitarios y de drogodependencia durante las transiciones entre los centros penitenciarios y la comunidad, ya que las pruebas demuestran que los consumidores de opioides son especialmente vulnerables a las sobredosis en las primeras semanas después de la salida del centro penitenciario.
- Concienciación sobre el riesgo de sobredosis: La concienciación entre los consumidores de opioides es especialmente importante con respecto a los riesgos clave, como el consumo concomitante de alcohol o benzodiazepinas.
- Salas de consumo supervisado de droga: Las pruebas actuales resultan insuficientes para evaluar su impacto en las muertes por sobredosis, pero existen indicios de que esta intervención puede favorecer hábitos de inyección más seguros.
Además, una serie de políticas e intervenciones pueden contribuir a disminuir la vulnerabilidad de las personas frente a las sobredosis. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, la prestación de servicios de acercamiento y de bajo umbral que reducen las barreras de acceso para quienes buscan ayuda, así como políticas integradas de prevención de sobredosis.
Perspectiva europea
- Se estima que uno de cada dos consumidores de opioides en Europa recibe tratamiento con agonistas opioides, pero la cobertura varía mucho de un país a otro. En la mayoría de los países europeos se dispone de información sobre el riesgo de sobredosis, aunque la cobertura y el enfoque adoptados pueden variar.
- Existen programas de naloxona en el domicilio en más de un tercio de los países europeos.
- Algo menos de un tercio de los países europeos disponen de una o más salas de consumo supervisado de droga en funcionamiento.
Cuestiones clave relacionadas con el consumo de opioides y la mortalidad
Las preguntas clave que deben abordarse al identificar y definir un problema relacionado con las drogas son: quién se ve afectado, qué tipos de sustancias y pautas de consumo están implicadas y dónde tiene lugar el problema. Las respuestas deben adaptarse a los problemas concretos relacionados con las drogas que se planteen, y estos pueden diferir entre países y a lo largo del tiempo. La amplia variedad de factores que deben tenerse en cuenta en esta fase del proceso se debaten en el Marco de acción para desarrollar y aplicar respuestas sanitarias y sociales a los problemas de las drogas.
La mortalidad relacionada directa o indirectamente con el consumo de opioides es una de las principales causas de muerte prematura evitable entre los adultos europeos. Los opioides están involucrados en aproximadamente tres cuartas partes de las sobredosis mortales. El índice de mortalidad global por sobredosis en Europa es de casi 15 muertes por millón de habitantes, si bien los índices y tendencias nacionales varían significativamente. Esta variación se debe a diversos factores, entre ellos las diferencias en las cifras de personas en riesgo de muerte por sobredosis, y en la notificación y la codificación de los casos de sobredosis en las bases de datos de mortalidad nacionales. En algunos países, es probable que las muertes por opioides se notifiquen poco, lo que dificulta las comparaciones entre países.
Los índices de mortalidad por todas las causas en las cohortes de consumidores que se inyectan opioides suelen oscilar entre el 1-2 % al año, que es de 5 a 10 veces lo que se registra en personas de la misma edad y sexo entre la población en general. La causa principal de esta elevada mortalidad son las sobredosis, aunque hay otros factores que contribuyen a ella significativamente y que guardan relación indirecta con el consumo de drogas, como las infecciones, los accidentes, la violencia y el suicidio. Con frecuencia, los consumidores de opioides presentan una salud física precaria, que se refleja con elevados índices de enfermedades pulmonares y cardiovasculares crónicas (a menudo, relacionadas con el tabaco) y con problemas hepáticos por las infecciones del virus de la hepatitis C (VHC) y el consumo excesivo de alcohol. Estas afecciones representan una elevada proporción de las hospitalizaciones y de muertes en este grupo. Actualmente, la población que consume opioides envejece cada vez más en muchos países europeos, lo cual puede afectar tanto a los índices de mortalidad directa como a la indirecta. A lo largo de la última década, los datos europeos indican que el número de muertes por sobredosis de opioides notificadas ha aumentado en los grupos de avanzada edad y ha disminuido en los grupos más jóvenes.
Tanto el tipo de sustancia utilizada como la vía de administración y la salud de la persona que consume la droga tienen un efecto en el riesgo de sobredosis. La heroína y sus metabolitos aparecen en la mayoría de las sobredosis mortales en Europa, a menudo en combinación con otras sustancias. Se han detectado otros opioides (metadona, buprenorfina y, en menor medida, otros opioides y fentanilos de venta con receta) en una proporción significativa de muertes por sobredosis y predominan en algunos países. Probablemente, el papel de los opioides sintéticos producidos ilegalmente esté insuficientemente documentado, ya que su presencia no se analiza de manera rutinaria en muchos países.
Normalmente, en las muertes por sobredosis están involucradas varias sustancias. Las benzodiacepinas, junto al alcohol, se encuentran a menudo acompañadas de opioides en las muertes relacionadas con las drogas en Europa, y todas ellas presentan propiedades de depresión respiratoria. Algunas benzodiazepinas son medicamentos prescritos, pero en el mercado ilegal se encuentran cada vez más benzodiazepinas nuevas y falsas (véase Nuevas sustancias psicoactivas: respuestas sanitarias y sociales y Uso no médico de medicamentos: respuestas sanitarias y sociales, así como Foco sobre... El uso no médico de benzodiazepinas).
Estimulantes como la cocaína, la MDMA y las anfetaminas están involucradas en un menor número de muertes por sobredosis en Europa, aunque su importancia varía de un país a otro. Los brotes de muertes asociadas a nuevas sustancias psicoactivas, como los cannabinoides sintéticos, también son motivo de preocupación en algunos países.
Hay diversos factores circunstanciales que pueden incrementar el riesgo de muerte por sobredosis, entre ellos, en el caso de los consumidores de opioides, la interrupción del tratamiento o la discontinuidad del tratamiento y la asistencia. En determinadas situaciones, por ejemplo, tras la desintoxicación, el alta del tratamiento libre de drogas o la abstinencia involuntaria en el momento de la entrada en el centro penitenciario, la tolerancia de los consumidores a los opioides disminuye significativamente y, por ello, presentan un riesgo de sobredosis particularmente elevado si vuelven a consumir. Por estos motivos, las directrices europeas de salud pública para los centros penitenciarios recomiendan garantizar la continuidad de la asistencia entre los centros penitenciarios y la comunidad mediante la remisión a servicios de atención comunitarios adecuados y la realización de un seguimiento al salir de un centro penitenciario. Por último, la falta de respuesta o las intervenciones de primeros auxilios inadecuadas por parte de las personas que presencian sobredosis, ya sea por falta de conocimiento, falta de acceso a medicamentos eficaces o miedo a repercusiones jurídicas, aumenta el riesgo de que un episodio de sobredosis tenga un resultado mortal.
Pruebas y respuestas a las muertes relacionadas con los opioides
La elección de respuestas adecuadas que puedan ser eficaces para abordar un problema concreto relacionado con las drogas exige un buen entendimiento de los objetivos principales de la intervención o combinación de intervenciones. Lo ideal sería que las intervenciones estuvieran respaldadas por pruebas disponibles muy sólida. No obstante, estas pruebas no siempre están disponibles, y, cuando las pruebas son muy escasas o no están disponibles, el consenso de los expertos puede ser la mejor opción disponible hasta que se obtengan datos más concluyentes. El Marco de acción para desarrollar y aplicar respuestas sanitarias y sociales a los problemas de las drogas analiza con más detalle qué debe tenerse en cuenta al seleccionar las opciones de respuesta más adecuadas.
Las respuestas principales dirigidas a reducir las muertes por opioides incluyen intervenciones dirigidas a prevenir las sobredosis en primer lugar y aquellas que se centran en evitar que la persona muera cuando tiene lugar una sobredosis. Además, pueden utilizarse enfoques de salud pública más amplios, como la prestación de servicios de acercamiento y de bajo umbral que reducen las barreras de acceso para quienes buscan ayuda y puede contribuir a disminuir la vulnerabilidad frente a las sobredosis.
Reducción de la vulnerabilidad frente a las sobredosis
La reducción de la morbimortalidad por sobredosis plantea un desafío considerable para la salud pública en Europa. Una respuesta más amplia en materia de salud pública en este ámbito tiene por objeto reducir la vulnerabilidad de las personas que consumen drogas mediante la reducción de las barreras a los servicios de tratamiento de la drogodependencia y otros servicios de apoyo, y el fomento de la colaboración con ellos, así como mediante la prestación de servicios de reducción de daños fácilmente accesibles.
Al igual que en cualquier otro ámbito de la asistencia sanitaria, es importante garantizar la calidad de la asistencia y aplicar respuestas con base empírica. En este contexto, el desarrollo de estrategias nacionales y locales de prevención de las sobredosis puede desempeñar un papel importante, sobre todo si se enmarcan en un enfoque integrado que aborde de manera holística las diversas necesidades de salud y apoyo de los consumidores de opioides y fomente el compromiso entre las distintas partes interesadas que prestan servicios en este ámbito. Los enfoques integrados pueden incluir, por ejemplo, la coordinación con los programas de vivienda y empleo, así como las intervenciones para combatir la estigmatización. La asignación adecuada de recursos a los servicios y el apoyo a las políticas para su aplicación también son factores cruciales.
En algunos países europeos, el creciente número de nuevos opioides no controlados y otras nuevas sustancias psicoactivas que se notifican al Sistema de Alerta Temprana de la Unión Europea (UE) se suma a las preocupaciones en este ámbito (véase Nuevas sustancias psicoactivas: respuestas sanitarias y sociales, Foco sobre... Fentanilos y otros nuevos opioides y Foco sobre... Cannabinoides sintéticos). Dados los posibles efectos nocivos de estas drogas, es importante que Europa se mantenga alerta y esté preparada para responder rápida y eficazmente a todo incremento de las amenazas observadas de dichas sustancias. Para ello es necesario invertir en las capacidades de vigilancia, incluida una mejor información toxicológica sobre las muertes relacionadas con el consumo de drogas. También apunta a la necesidad de identificar las fuentes de las sustancias involucrados en estas muertes a fin de encontrar respuestas adecuadas (véase Uso no médico de medicamentos: respuestas sanitarias y sociales).
El análisis forense de las drogas desempeña un papel cada vez más importante en este ámbito, especialmente en la identificación de la presencia de fentanilos, benzodiacepinas y otras sustancias en el mercado ilegal que pueden presentar el riesgo de causar daños graves a la salud de los usuarios, o incluso la muerte. Esto puede incluir el análisis de sustancias proporcionadas por personas que consumen drogas, residuos en jeringuillas devueltas a los intercambios de agujas y drogas colocadas en contenedores de amnistía u obtenidas a partir de incautaciones. Esta información puede utilizarse para orientar el diseño de programas específicos de prevención de las sobredosis y también constituye una aportación esencial y oportuna a las alertas de salud pública que tratan de reducir el riesgo de sobredosis.
Reducción del riesgo de sobredosis
Permanencia en el tratamiento
El riesgo de sobredosis relacionada con opioides se reduce si los consumidores de opioides siguen recibiendo tratamiento con agonistas opioides. Un metaanálisis de estudios de observación ha demostrado que el tratamiento con agonistas opioides, ya sea con metadona o buprenorfina, reduce la incidencia de sobredosis y todas las demás causas de muerte en las personas dependientes de los opioides. La tasa de mortalidad de pacientes sometidos a tratamiento con metadona equivale a un tercio de la que se observa entre los consumidores de opioides y no reciben tratamiento.
Los análisis de muertes por sobredosis en diferentes fases del tratamiento con agonistas opioides indican que las intervenciones preventivas deben centrarse en las cuatro primeras semanas de tratamiento (en particular, para las personas que reciben metadona) y las cuatro primeras semanas tras abandonar el tratamiento. Son dos períodos en los que el riesgo de sufrir sobredosis es especialmente elevado. Dado que la salida de los pacientes del tratamiento puede no estar programada, eso también implica la necesidad de incorporar actividades de sensibilización sobre sobredosis en los planes de atención en curso de aquellos que reciben ayuda por problemas relacionados con los opiáceos. También cabe destacar que las personas que inician y abandonan el tratamiento con frecuencia son especialmente vulnerables a las sobredosis. También se ha demostrado que los consumidores de opioides justo después de abandonar el centro penitenciario presentan un riesgo elevado de sobredosis. Durante las cuatro primeras semanas después de la salida del centro penitenciario, los delincuentes con un historial de consumo de heroína presentan un riesgo notablemente elevado de muerte, siendo más frecuentes las recaídas y la sobredosis de opioides durante este período. Para evitar muertes tras la salida de un centro penitenciario, la derivación proactiva y planificada a un tratamiento con agonistas opioides comunitario o a otras opciones de tratamiento adecuadas («continuidad de la asistencia») son pasos importantes. Los servicios también deben garantizar que los pacientes sean conscientes de los riesgos de sobredosis y de cómo reducirlos. Formar al personal de los centros penitenciarios e involucrar a los reclusos que consumen opioides en los servicios sanitarios locales durante las semanas siguientes tras la salida del centro penitenciario también ayuda a evitar las muertes por sobredosis en esta población.
En algunos países, la naltrexona se utiliza para evitar recaídas en personas dependientes de los opioides. La naltrexona de liberación prolongada es una formulación inyectable de liberación prolongada del antagonista completo de los receptores de opioides mu que se toma mensualmente. Existen algunos datos que indican que la naltrexona de liberación prolongada puede asociarse a tasas de mortalidad inferiores a las de los agonistas opioides durante el tratamiento. Sin embargo, sigue existiendo un grado de incertidumbre en torno a su eficacia y se necesita seguir investigando sobre este tema.
Prevención del desvío de medicamentos agonistas opioides
Si bien es necesario garantizar un acceso sencillo al tratamiento con agonistas opioides, así como una prestación adecuada del mismo, el personal médico y los planificadores del servicio también deberán garantizar que se aplican regímenes de prescripción y que se cumplen los controles adecuados para evitar el desvío de medicamentos agonistas a aquellas personas que no tienen prescripción. Ello incluirá la puesta a disposición de la formación y las directrices clínicas de los médicos en cuanto a las prácticas adecuadas de prescripción (véase Uso no médico de medicamentos: respuestas sanitarias y sociales). En el caso de las personas con prescripciones para su consumo en el domicilio, también es importante abordar los problemas de almacenamiento y salvaguardia de la infancia para reducir el riesgo de sobredosis involuntaria por parte de menores.
Formación en materia de concienciación sobre las sobredosis, cribado y evaluación de riesgos
Una comunicación eficaz puede actuar como catalizador para reducir los daños, ya que muchas personas que consumen drogas subestiman o no son conscientes de los riesgos de sobredosis a los que están expuestos. En el supuesto ideal, los profesionales cualificados prestarían regularmente las intervenciones de prevención, educación y asesoramiento relativas a las sobredosis en entornos sanitarios y de atención primaria, incluidos los servicios de reducción de daños, como los programas de intercambio de agujas y jeringuillas. La detección del riesgo de sobredosis en los consumidores de opioides también puede reducir la mortalidad general al identificar a las personas de alto riesgo y ofrecerles apoyo.
Análisis de drogas
Aunque los servicios de análisis de drogas se han centrado normalmente en la realización de pruebas de drogas estimulantes, a menudo en entornos recreativos, en los últimos años algunos servicios de análisis de drogas han realizado pruebas de detección de opioides, y en un pequeño número de países estas instalaciones pueden estar ubicadas en servicios de reducción de daños y de umbral bajo.
Los servicios de análisis de drogas permiten a las personas que consumen drogas analizar químicamente sus drogas, y facilitarles información sobre la composición de las muestras, así como recomendaciones y, cuando sea posible, asesoramiento o intervenciones breves. Los objetivos del servicio varían, y van desde la recopilación de información hasta la reducción de daños, informando y advirtiendo a los consumidores sobre las drogas presentes en el mercado. Un aspecto importante de los servicios de análisis de drogas es la forma de comunicar los resultados a los individuos y si se acompañan de asesoramiento en materia de reducción de daños o breves intervenciones.
Reducción de las sobredosis mortales
La mayoría de las sobredosis se producen cuando hay otras personas, y la mayoría de las personas que consumen drogas por vía parenteral han sido testigos de sobredosis o han experimentado sobredosis. Por lo tanto, es probable que las personas que consumen drogas, así como sus amigos y familiares, sean testigos y posibles primeros intervinientes situaciones de emergencia por sobredosis. Estas redes humanas, con la formación y la sensibilización adecuadas, pueden utilizarse para prevenir las muertes por sobredosis. Las intervenciones destinadas a mejorar las respuestas de los testigos consisten en formar a los pares de los consumidores de drogas y a los miembros de la familia en la prevención, el reconocimiento y la respuesta frente a la sobredosis. Otras intervenciones destinadas a reducir las sobredosis mortales son la distribución de naloxona para revertir los efectos de las sobredosis y el suministro en algunos países de espacios en los que las personas pueden consumir drogas ilegales bajo la supervisión de personal cualificado (véase Foco sobre... Salas de consumo supervisado de droga).
Naloxona para revertir las sobredosis
La naloxona es un antagonista de los opiáceo que puede invertir el efecto de las sobredosis de opioides. En 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó poner la naloxona a disposición de todos aquellos que puedan ser testigos de una sobredosis por opioides. Por tanto, es fundamental garantizar su disponibilidad y su uso adecuado por parte de los primeros en intervenir, como la policía, el personal de ambulancias o los servicios de urgencias.
La naloxona puede administrarse por vía parenteral (con la naloxona suministrada en ampollas de vidrio o jeringuillas precargadas) o por nebulización nasal. Los estudios sobre el tratamiento prehospitalario por sobredosis de opioides han demostrado que la naloxona intranasal es tan eficaz como la naloxona inyectable. Aunque suelen requerir una dosis adicional de «rescate», los nebulizadores nasales pueden convertirse en la alternativa preferida a la naloxona inyectable en los programas de consumo en el domicilio para los profanos, ya que son más fáciles de manipular y pueden facilitar el uso del antídoto por parte de una gama más amplia de personas.
Unas de las prioridades ha sido desarrollar intervenciones destinadas a facilitar la dispensación de naloxona en lugares donde pueden producirse sobredosis, como la naloxona en el domicilio y la distribución de naloxona entre pares. Los programas de naloxona en el domicilio combinan la formación sobre el riesgo y la gestión de sobredosis con la distribución de kits de naloxona a personas con probabilidades de presenciar sobredosis por consumo de opioides, como personas que consumen drogas y sus pares, amigos y familiares. Los programas de naloxona en el domicilio también pueden dirigirse a otros posibles servicios de primera intervención ante una sobredosis, como los trabajadores de servicios de primera línea que interactúan con personas que consumen drogas, incluidos los proveedores de asistencia sanitaria, el personal de los refugios para personas sin hogar y los funcionarios de prisiones. En el marco de estos programas, los participantes aprenden a identificar una sobredosis y a responder ante ella, incluida la administración de naloxona, antes de la llegada de la asistencia médica de urgencia.
Los programas de distribución de naloxona entre pares atraen a las personas que consumen drogas como colaboradores (voluntarios o contratados) para ampliar el alcance de la distribución y la formación de la naloxona. Pueden operar de forma similar a los programas de naloxona en el domicilio gestionados por profesionales, pero aprovechan el acceso privilegiado y la confianza que las personas que consumen drogas tienen en sus pares y en otras personas con posibilidad de presenciar sobredosis. Esta iniciativa tiene por objeto ampliar el suministro de naloxona a las personas que no suelen acceder a los servicios de tratamiento.
Los reclusos recién liberados pueden beneficiarse en particular del acceso a la naloxona. La evaluación de un programa escocés de distribución de naloxona a reclusos que habían recuperado la libertad reveló que guardaba relación con un considerable descenso de las muertes relacionadas con opioides en el plazo de un mes desde que los reclusos salían del centro penitenciario.
Si bien un número cada vez mayor de estudios indica que las intervenciones educativas y formativas para pares y miembros de la familia, complementadas con naloxona en el domicilio, ayudan a reducir la mortalidad por sobredosis, se necesitan más pruebas para evaluar el impacto de dichas intervenciones.
Salas de consumo supervisado de droga
En algunos países se dispone de salas de consumo supervisado de droga que ofrecen un espacio fijo o móvil donde las personas que consumen drogas reciben equipos estériles para su administración por vía parenteral y pueden consumir drogas ilegales bajo la supervisión de personal formado. El objetivo de estas salas es reducir los riesgos del consumo parenteral antihigiénico de drogas por vía parenteral, evitar las sobredosis y vincular a las personas que consumen drogas con servicios de tratamiento, sanitarios y sociales (véase Foco sobre... Salas de consumo supervisado de droga). También están diseñadas para llegar a personas que consumen drogas, pero no recurren a otros servicios sanitarios, especialmente a las personas marginadas que consumen opioides por vía parenteral en las calles en condiciones de riesgo y antihigiénicas.
Las salas de consumo supervisado de droga ofrecen una serie de servicios que pueden contribuir a reducir las muertes por sobredosis entre las personas que consumen opioides, incluida la intervención directa en las sobredosis que se producen «in situ» y el fomento de la participación en el tratamiento con agonistas opioides. Algunos servicios ofrecen formación y sensibilización en materia de prevención de sobredosis, incluido el uso de naloxona.
Aunque sigue habiendo pocos datos que demuestren la eficacia de las salas de consumo supervisado de droga, existen datos coherentes procedentes de estudios observacionales que indican que las salas de consumo supervisado de droga pueden aumentar el uso de prácticas de consumo por vía parenteral más seguras entre quienes las consumen. Se han documentado reducciones en el número de muertes por sobredosis a nivel local tras el establecimiento de estas salas. Sin embargo, los datos disponibles son insuficientes para evaluar el impacto en la mortalidad de las salas de consumo supervisado de droga.
Aplicaciones de salud electrónica
En la actualidad están surgiendo nuevas aplicaciones de salud electrónica cuyo objetivo es ayudar a reducir el riesgo de muertes por sobredosis, especialmente cuando las personas se administran solas opioides por vía parenteral. Por ejemplo, recientemente se ha desarrollado una aplicación móvil que permite a las personas que consumen drogas iniciar sesión antes de administrarse una dosis. Una vez activada, la aplicación requiere una confirmación de seguridad por parte del usuario a intervalos regulares. Si el usuario no responde, la aplicación activará una alarma y alertará a los servicios de emergencia.
Visión general de las pruebas sobre... la reducción del número de las muertes relacionadas con los opioides
Declaración | Pruebas | |
---|---|---|
Efecto | Calidad | |
El tratamiento con agonistas opioides reduce las muertes por sobredosis. |
Beneficioso |
Moderada |
La naloxona puede revertir el efecto potencialmente mortal de una sobredosis de opioides. |
Beneficioso |
Alta |
La naltrexona de larga duración puede vincularse a una mortalidad inferior a la del tratamiento con agonistas opioides durante el tratamiento. |
Beneficioso |
Baja |
Las salas de consumo supervisado de droga pueden desempeñar un papel en la reducción de las conductas de riesgo de la administración por vía parenteral. |
Poco claro |
Muy baja |
Salas de consumo supervisado de droga: no existen pruebas suficientes para evaluar su impacto en la mortalidad. |
Poco claro |
Muy baja |
No existen pruebas suficientes que confirmen el impacto en la mortalidad de la naloxona en el domicilio ni de los programas de naloxona entre pares. |
Poco claro |
Muy baja |
Clave del efecto de las pruebas:
Beneficioso: Pruebas de la existencia de beneficios en la dirección deseada. Poco claro: No queda claro si la intervención produce el beneficio deseado. Posibles daños: Pruebas de posibles daños o pruebas de que la intervención tiene el efecto contrario al previsto (por ejemplo, aumenta el consumo de drogas, en vez de disminuirse).
Clave para la calidad de las pruebas:
Alta: Podemos tener un alto nivel de confianza en las pruebas disponibles. Moderada: Tenemos una confianza razonable en las pruebas disponibles. Baja: Tenemos una confianza limitada en las pruebas disponibles. Muy baja: Los datos disponibles son insuficientes en la actualidad y, por tanto, existe una incertidumbre considerable sobre si la intervención producirá el resultado deseado.
Perspectiva europea: disponibilidad de intervenciones para reducir las muertes relacionadas con los opioides
Mientras que alrededor de la mitad de los países europeos notifican que abordan la prevención de sobredosis en su estrategia o plan de acción nacional en materia de drogas, solo una cantidad limitada de ellos cuenta con una estrategia o plan específico de prevención de sobredosis.
Todos los Estados miembros de la UE y Noruega comunican la distribución de la información sobre el riesgo de sobredosis, que a veces también está disponible en diferentes lenguas para que sea accesible a las poblaciones migrantes y minorías étnicas. La información sobre el riesgo y la prevención de sobredosis se facilita cada vez más a través de nuevos canales de comunicación.
Todos los países de la Unión Europea ofrecen tratamiento con agonistas opioides. Dado que la retención en el tratamiento con agonistas opioides es un factor de protección frente a las muertes por sobredosis, muchos países europeos han dado prioridad a aumentar el acceso a estos servicios y su cobertura. Se estima que una de cada dos personas que consumen opioides en Europa recibe algún tipo de tratamiento con agonistas opioides, aunque la cobertura varía mucho de un país a otro.
Más de un tercio de los países europeos ofrecen algún tipo de programa de formación y distribución de naloxona. A medida que se han identificado nuevas vías legales a escala nacional, Europa ha experimentado un aumento en la distribución de naloxona a nivel comunitario a personas que consumen opioides, sus parejas, pares y familias, junto con formación para identificar y responder a las sobredosis. También se han puesto a disposición del personal de los servicios que entran en contacto regularmente con personas que consumen drogas los programas de distribución de naloxona entre pares y de naloxona en el domicilio. Han entrado en el mercado nuevos productos de naloxona, como jeringuillas precargadas y nebulizadores nasales. En algunos países está permitida la venta de productos de naloxona sin receta, mientras que en otros el acceso a la naloxona lo facilitan programas gestionados por servicios de drogodependencia. Se han ensayado programas de distribución de naloxona entre pares en un pequeño número de países europeos.
Alrededor de un tercio de los Estados miembros de la UE y Noruega disponen de una o más salas de consumo supervisado de droga en servicio, con más de ochenta salas en total. Además, otros países europeos están considerando actualmente la posibilidad de instalar este tipo de salas, aunque en varios países las salas de consumo supervisado de droga han cerrado. Algunas se suspendieron debido a problemas jurídicos, y otras se cerraron debido a la disminución de las necesidades (junto con consideraciones relativas a los costes).
Implicaciones para las prácticas y las políticas
Elementos básicos
Las principales intervenciones en este ámbito son:
- Prestación suficiente de tratamiento con agonistas opioides, con una dosis adecuada, permanencia en el tratamiento, gestión de casos y apoyo adicional.
- Disponibilidad y utilización de naloxona por parte de los equipos de primera intervención, como el personal de ambulancias, los servicios paramédicos y otras personas que atienden los casos de sobredosis.
- Formación sobre concienciación en materia de sobredosis para promover prácticas menos arriesgadas entre los consumidores de opioides.
- Prevención del desvío de medicamentos agonistas opioides.
Oportunidades
- Establecer programas de formación y distribución para que la naloxona esté ampliamente disponible para las personas con alto riesgo de sobredosis de opioides y para sus pares, parejas y familias, a fin de que puedan intervenir y salvar vidas.
- Mejorar la continuidad de los cuidados entre los centros penitenciarios y la comunidad para evitar las muertes relacionadas con las drogas en las primeras semanas después del abandonar el centro penitenciario, cuando el riesgo de sobredosis es especialmente elevado.
- Cuando existan, fomentar las evaluaciones del impacto de las intervenciones de naloxona en el domicilio y entre pares, así como de las salas de consumo supervisado de droga.
Lagunas
- Detectar y analizar los obstáculos para la creación de salas de consumo supervisado de droga en ámbitos con cifras elevadas de consumidores de drogas por vía parenteral en espacios públicos.
- Prestar un mayor apoyo a los que abandonan el tratamiento basado en la abstinencia, ya que su pérdida de tolerancia a los opioides aumenta el riesgo de sobredosis mortal.
Datos y gráficos
En esta sección presentamos algunas visualizaciones de datos pertinentes para las respuestas sanitarias y sociales a las muertes relacionadas con los opioides en la UE-27, Noruega y Turquía. Para ver una versión interactiva de las infografías que figuran a continuación, así como para acceder a los datos de origen, haga clic en la infografía.
Otros recursos
EMCDDA
- Muertes y mortalidad relacionadas con las drogas.
- Preguntas frecuentes: muertes por sobredosis de drogas en Europa, Resumen del tema, 2021.
- Prevención de las muertes relacionadas con las drogas, Resumen del tema, 2019.
- Naloxona en el domicilio, Resumen del tema, 2019.
- Muertes y mortalidad relacionadas con las drogas en Europa: actualización de la red de expertos del OEDT, Informe técnico, 2021.
- Visitas a urgencias hospitalarias relacionadas con las drogas en Europa: actualización de la red de expertos Euro-DEN Plus, Informe técnico, 2020
- Portal de buenas prácticas.
- Salas de consumo supervisado de droga: una visión general de los servicios prestados y los datos disponible, Perspectives on drugs, 2018.
- Preventing opioid overdose deaths with take-home naloxone, Insights, 2016.
- Preventing fatal overdoses: a systematic review of the effectiveness of take-home naloxone, EMCDDA Papers, 2015.
Otras fuentes
Acerca de esta miniguía
Esta miniguía ofrece una visión global de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a las muertes relacionadas con los opioides, y examina las respuestas disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas. Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: una guía europea.
Cita recomendada: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (2021), Muertes relacionadas con los opioides: respuestas sanitarias y sociales, https://www.emcdda.europa.eu/publications/mini-guides/opioid-related-dea....
Información identificativa
HTML: TD-09-21-505-ES-Q
ISBN: 978-92-9497-676-5
DOI: 10.2810/818798
(1) El término tratamiento con agonistas opioides se utiliza aquí como expresión preferida a fin de abarcar una serie de tratamientos que implican la prescripción de agonistas opioides para tratar la dependencia de opioides. El lector debe ser consciente de que este término incluye el tratamiento de sustitución de opioides (TSO), que puede seguir utilizándose en algunas de nuestras herramientas de recopilación de datos y documentos históricos.