Muchos jóvenes experimentan con drogas pero solo una minoría desarrollan dependencia durante los primeros años de la etapa adulta. Los más vulnerables a la drogodependencia son los jóvenes socialmente desfavorecidos y los que tienen familiares y pares que consumen drogas. Los factores individuales, como un deficiente control de sus impulsos, también aumentan la vulnerabilidad, como lo hace el consumo de sustancias desde una edad temprana.
Los jóvenes que desarrollan drogodependencia son más propensos a notificar ansiedad y trastornos depresivos; síntomas y trastornos psicóticos; ideas suicidas e intentos de suicidio; infecciones transmitidas por la sangre; e incapacidad para completar su educación y mantener un empleo estable. No siempre queda claro en qué medida son estos problemas los que aumentan el riesgo de drogodependencia, o es la drogodependencia la que causa estos problemas.
Los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, la vacunación frente al VHB y el tratamiento de sustitución de opioides son eficaces en las personas mayores que consumen drogas por vía parenteral y podrían ser eficaces en los menores de 18 años, pero esto aún está por demostrarse.